¿Por qué psicoterapia humanista?
Creo que las personas nacen con una tendencia natural hacia el bienestar y la autorrealización, y que dicha tendencia puede debilitarse durante el desarrollo debido a múltiples factores ambientales, sobre todo a las relaciones tempranas con personas significativas, como los padres, mentores, amigos cercanos, cuidadores… y a situaciones que se han vivido de forma traumática. Esto implica malestar y sufrimiento. En función de las características biológicas y temperamentales de cada persona y de su contexto, el malestar se manifestará de diferentes formas y ante determinadas situaciones. La enfermedad mental supone la dificultad para afrontar y gestionar los conflictos que nos tocan a cada uno, y por ello el umbral es personal en mi opinión, siempre descartando causas médicas. Abordamos el malestar atendiendo su origen, buscando los aprendizajes que condicionan nuestras respuestas actuales ante lo que nos pasa, para entenderlo y desde ahí, cambiar los aprendizajes que nos dañan. Los síntomas son las señales de que algo no va bien, y los atenderemos para mejorar el funcionamiento mientras abordamos las causas, evitando así que se cronifique el malestar. Sanando las heridas, reaprendiendo y dando una nueva narrativa a lo que nos ha pasado.