Trabajo desde un enfoque humanista e integrador. Considero que es la terapia la que debe adaptarse al paciente, y no al revés. Para ello, es necesario conocer e incorporar los recursos que, desde diferentes orientaciones, resultan útiles para cada persona, teniendo en cuenta sus características personales y contextuales. Realizaremos un abordaje integral, que tenga en cuenta los aspectos cognitivo-conductuales (lo que piensas y haces), los emocionales, y los somáticos (cómo se manifiestan en tu cuerpo).

¿Por qué psicoterapia humanista?

Creo que las personas nacen con una tendencia natural hacia el bienestar y la autorrealización, y que dicha tendencia puede debilitarse durante el desarrollo debido a múltiples factores ambientales, sobre todo a las relaciones tempranas con personas significativas, como los padres, mentores, amigos cercanos, cuidadores…  y a situaciones que se han vivido de forma traumática. Esto implica malestar y sufrimiento. En función de las características biológicas y temperamentales de cada persona y de su contexto, el malestar se manifestará de diferentes formas y ante determinadas situaciones. La enfermedad mental supone la dificultad para afrontar y gestionar los conflictos que nos tocan a cada uno, y por ello el umbral es personal en mi opinión, siempre descartando causas médicas. Abordamos el malestar atendiendo su origen, buscando los aprendizajes que condicionan nuestras respuestas actuales ante lo que nos pasa, para entenderlo y desde ahí, cambiar los aprendizajes que nos dañan. Los síntomas son las señales de que algo no va bien, y los atenderemos para mejorar el funcionamiento mientras abordamos las causas, evitando así que se cronifique el malestar. Sanando las heridas, reaprendiendo y dando una nueva narrativa a lo que nos ha pasado.

La importancia del apego

Los seres humanos nacemos en una situación de absoluta dependencia. Por ello, desarrollamos un apego hacia nuestras personas principales de cuidado -habitualmente madre y padre-, figuras sin las cuales no podemos sobrevivir. Cómo respondan nuestras figuras de apego a nuestras necesidades básicas, detrminará en gran medida cómo nos veremos a nosotros mismos, a los demás, y al mundo que nos rodea.

El apego que tuvimos suele ser el apego que transmitiremos, y muchos de los problemas que presentan nuestros hijos, y por los que acudimos a un profesional de la salud mental, están relacionados con el vínculo de apego que tienen con nosotros, sus padres. Del mismo modo, muchas de las dificultades que experimentamos como adultos, están relacionadas con el tipo de vínculo que tuvimos con nuestros padres.

Abordar las dificultades de nuestros hijos desde el apego es una muestra de generosidad, asumiendo la responsabilidad, que no la culpa, que tenemos como padres.

Como hijos ya adultos, podemos trabajar el apego en terapia, ya que muchas veces está en el origen del malestar emocional o las dificultades que encontramos en la vida diaria. Como padres, trabajar el apego nos permitirá tener un vínculo seguro con nuestros hijos, viviendo la crianza de una forma más sana y feliz, y favoreciendo que ellos tengan una sana adaptación al mundo que les toque vivir.

Incorporar el cuerpo a la terapia

El conocimiento de cómo el cuerpo está inseparablemente unido a las emociones y las cogniciones, hace que el trabajo terapéutico deba tener en cuenta lo que el cuerpo dice. Darle voz, aprender a escucharlo, cuidarlo y aprovecharlo como recurso. En ocasiones la desconexión con el cuerpo es muy grande y poco a poco aprendemos a rastrear dónde sentimos una emoción determinada, qué movimientos de forma no consciente nos acompañan en el día a día…, rastrear nuestro cuerpo y escucharlo es una herramienta al alcance de terapeutas y pacientes que permite conectar con emociones y cogniciones, integrando todos los elementos que han estado presentes en las situaciones vividas.

Formas de hacer terapia que te ofrezco

  • Psicoterapia Presencial (espacio terapéutico en el centro de Utrecht);
  • Psicoterapia Online (vía Skype o Google Teem);
  • Psicoterapia a domicilio.

Si te ronda la idea de hacer terapia, puedes ponerte en contacto conmigo por WhatsApp o por e-mail sin ningún compromiso. Una toma de contacto y una videollamada puede ser lo que necesitas para comenzar este camino tan enriquecedor.

Scroll al inicio